Una de las historias de asesinas más bizarras y espeluznantes, sobre una mujer de nombre Leonarda Cianciulli, ella descuartizaba chicas para hacer jabones. Incluso, fue conocida como La Jabonera de Correggio.
Era una señora común y corriente, pero el detalle estaba en su definición de amistad, la traición fue lo que provocó la muerte de todas sus víctimas, la venganza con la que se deshizo de sus cuerpos es considerada como algo que además de creativo, es perturbador y espeluznante.
Leonarda Cianciulli
Nació en Montella, Italia, el 14 de Noviembre de 1893, había tenido una infancia difícil por culpa de los abusos familiares y durante su niñez, en su adolescencia intentó suicidarse dos veces.
En el año 1917 encontró el amor y se casó con Raffaele Pansardi, su único esposo. Los padres de Leonarda no habían aprobado el matrimonio, así que decidieron mudarse a Lauria en 1921. No fue hasta 1927 cuando Leonarda fue encarcelada por fraude, cuando salió, la familia decidió mudarse a Lacedonia pero su hogar fue destruido por un terremoto, no tuvo más opción que regresar a Correggio, donde abrió una tienda y se volvió bastante popular, Leonarda fue conocida en el pueblo y hasta formó algunas amistades, además de ser una tienda muy frecuentada por sus vecinos.
Complicaciones
Cianciulli no solo tuvo una infancia difícil, durante su matrimonio tuvo 17 embarazos de los cuales solo 4 fueron viables, 3 de ellos no fueron viables por aborto espontáneo, 10 más se murieron en edades muy tempranas, lo cual provocó que Leonarda fuera sobreprotectora en extremo con sus hijos vivos, más con el mayor Guissepe.
Cuando su primogénito se alistó en el ejército para la Segunda Guerra Mundial, Leonarda quedó muy angustiada y preocupada por la salud de su hijo, sentía que debía protegerlo a toda costa y finalmente tomó la decisión de brindarle seguridad por medio de rituales que consistían en sacrificios humanos.
Cuando Leonarda descuartizaba chicas para hacer jabones
Cianciulli cometió 3 asesinatos, cuyas fueron personas cercanas a ella. Se dice que al mismo tiempo que tenía una tienda como negocio, daba servicios de clarividencia, en los que decía el futuro de las personas, fue así como las víctimas cayeron en su trampa.
Faustina Setti
La primera víctima de Leonarda Cianciulli, ella era una mujer soltera y de mediana edad que buscaba suerte y verdad para encontrar una pareja ideal. Leonarda le contó sobre un posible candidato en otro pueblo cercano, le pidió que escribiera cartas para sus familiares y amigos comentando que había encontrado a su nuevo esposo, pero que las dejaría hasta que Faustina haya encontrado a quien buscaba.
El día en el que Faustina Setti decidió marcharse de su pueblo hacia la ciudad de Pola, fue primero a visitar a Leonarda, cosa que resulto en su asesinato, ya que se le ofreció un vaso de vino con droga. Setti había quedado inconsciente mientras Leonarda despedazaba todas las partes de su cuerpo con un hacha. Hizo jabón con los restos del cuerpo y pastel de té con la sangre de la mujer, que ofreció y vendió de forma exitosa a sus clientes.
Francesca Soavi
La segunda víctima fue para pedir ayuda, Leonarda le había dicho que se acercaba una oportunidad de trabajo para Francesca en la ciudad de Piacenza, la asesina le pidió que escribiera cartas a sus amigos y familiares, y que no le comentará a nadie sobre su oportunidad hasta que se marchara, justo como la primera víctima, dejando claro el modo en el que operaba Cianciulli.
El 5 de septiembre de 1940, día en que Francesca tenía planeada su partida, también decidió cometer el error de visitar la tienda de su vecina, la suerte de esta chica fue diferente, ya que fue descuartizada viva. Aún así, su cuerpo se transformó en jabón y su sangre en pastel de té para vender a sus clientes habituales.
Virginia Cacioppo
Ésta fue la última víctima de la señora, Virginia había requerido sus servicios de vidente para escuchar su suerte, Leonarda le dijo que le esperaba una misteriosa pero gran oferta de trabajo en Florencia, Virginia, obviamente, aceptó su pronóstico. Igual que las dos anteriores, fue mandada a escribir cartas a sus amigos y familiares mientras que no debía decir nada sobre lo visto en su sesión con Cianciulli.
En la mañana del 30 de septiembre de 1940, Virginia se encontraba a punto de partir hacia Florencia, antes de eso visitó a Leonarda para agradecerle, pero todo se perdió para Virginia cuando aceptó el vino con droga que mató a Francesca. La mujer fue cruelmente asesinada de la misma forma que la primera víctima.
Arresto y juicio
La cuñada de Virginia Cacioppo vió como Virginia entró a la casa de Leonarda el día de su muerte, después de haber transcurrido varios días y darse cuenta de que nunca salió de esa casa, comenzó a sospechar cobre Cianciulli. Se abrió una investigación y al poco tiempo volvieron a arrestar a la asesina.
Al principio no estaba dispuesta a cooperar, pues negaba las acciones con las que había sido acusada, no fue hasta que comenzaron a sospechar de su hijo Guisseppe, cuando Leonarda finalmente confesó sus crímenes y fue juzgada a 30 años de prisión, más otros 3 en un hospital mental.
Leonarda Cianciulli murió el 15 de octubre de 1970 en un asilo criminal para mujeres localizado en Pozzuoli, algunos de los artefactos con los que descuartizaba chicas para hacer jabones y pasteles de té, se encuentran expuestos actualmente en el museo del crimen en Roma.
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