Felícitas Sánchez Aguillón, también conocida como la Trituradora de Angelitos. Fue una de las más controversiales asesinas seriales en México. Su caso conmocionó a la capital a principios de los años 40, cuando se descubrieron los crímenes de la mujer que practicaba abortos, traficaba niños y estos eran asesinados cuando no podía venderlos.
Fue bautizada por los periódicos como la Trituradora de Angelitos, La Ogresa de la Colonia Roma y la Descuartizadora de la Colonia Roma.
¿Quién fue Felicitas Sánchez Aguillón – la Trituradora de Angelitos?
Felicitas Sánchez Aguillón nació en un pequeño pueblo mexicano, en circunstancias marcadas por la pobreza y la marginalidad. Desde temprana edad, mostró signos de comportamiento perturbador, siendo descrita por vecinos como una persona solitaria y de carácter siniestro.
El primer indicio de sus crímenes surgió en la década de los 40s, cuando comenzaron a reportarse desapariciones de niños y niñas en la región. Los padres angustiados clamaban por respuestas mientras las autoridades se enfrentaban a un enigma escalofriante: ¿qué había sucedido con estos pequeños inocentes?
Los rumores pronto señalaron a Felicitas como la responsable de estas desapariciones. Se decía que se acercaba a los niños con dulces y juguetes, ganándose su confianza antes de llevarlos a un destino desconocido. Su modus operandi era meticuloso y aterrador: una vez en su poder, los sometía a torturas inimaginables antes de extinguir sus vidas de forma brutal.
La comunidad vivía en un estado de pánico constante, con padres temerosos de dejar a sus hijos fuera de la vista. Mientras tanto, las autoridades intensificaban la búsqueda de la misteriosa depredadora que acechaba en las sombras.
Finalmente, en abril de 1941, la pesadilla llegó a su fin cuando las autoridades descubrieron el escondite de Felicitas. Lo que encontraron allí fue más allá de cualquier horror imaginable: objetos personales de los niños desaparecidos, restos humanos y un diario detallando sus actos grotescos.
El juicio de Felicitas Sánchez Aguillón se convirtió en un espectáculo mediático. Durante el proceso, se revelaron detalles perturbadores de sus crímenes, lo que generó indignación y horror en todo el país. La sentencia fue clara y contundente: cadena perpetua por sus actos inhumanos.
¿Cómo fue que descubrieron a la Ogresa de la Colonia Roma?
En el edificio de la calle Salamanca, en la colonia Roma de la Ciudad de México, una mañana tranquila se vio interrumpida por un problema inusual en la tienda de abarrotes de Don Francisco Páez. La cañería de su local estaba completamente tapada, lo que lo llevó a llamar a un plomero y a dos albañiles para resolver la obstrucción.
Los trabajadores, comenzaron a trabajar rompiendo el piso para acceder a la tubería bloqueada. Sin embargo, lo que encontraron al destapar la cloaca fue más allá de cualquier expectativa. El 8 de abril de 1941, se toparon con un macabro hallazgo: un enorme tapón de carne humana en estado de descomposición, mezclado con gasas y algodones ensangrentados.
La escena fue bastante impactante y espeluznante para los presentes. Entre la náusea y el horror, el plomero y los albañiles extrajeron el amasijo de restos, que incluía el cráneo de un niño. La sorpresa y el susto lo relataron como indescriptible al descubrir tal horror en las entrañas del sistema de alcantarillado del edificio.
Este descubrimiento, más allá de la repugnancia que generó, desató una investigación que arrojó luz sobre un crimen atroz. La presencia de restos humanos en la tubería marcó el inicio de un caso que conmocionó a la comunidad y que, con el tiempo, se convertiría en una de las historias más escalofriantes de la Ciudad de México.
¿Atraparon a la Trituradora de Angelitos / Ogresa de la Roma?
Si la atraparon, pero la ley no fue muy dura con Felícitas Sánchez Aguillón, pues solo pasó 3 meses en prisión, aun que estaba acusada de graves delitos de tortura, asesinato y tráfico de niños.
Y la policía no logro detenerla mucho tiempo ya que la Ogresa de la Roma guardaba Secretos que hubieran causado gran conmoción al salir a la luz el nombre de muchas mujeres y familias afamadas y adineradas de la época.
¿Por que mataba niños la Trituradora de Angelitos?
Felicitas nació en un pueblo de Veracruz en Cerro Azul en la década de 1890 y se dice que en su infancia Felicitas fue desdichada debido al rechazo de su madre, sumado a esto quienes la conocieron mencionaron que desde niña exhibía un comportamiento inusual al disfrutar del maltrato de animales: perros y gatos callejeros a los que, dice, envenenaba por pura distracción. Es por estos dos factores que se considera su comportamiento.
De su juventud no se sabe mucho, solo que estudió enfermería y posteriormente se casó con un hombre de su pueblo natal, llamado Carlos Conde, con quien tuvo gemelas.
A partir de ese punto pareciera que los instintos de la Ogresa incrementaron, pues Fenicia insistió a su marido que vendieran a las pequeñas niñas para obtener dinero y así desahogar ciertos gastos.
El marido terminó accediendo y aun que posteriormente se arrepintió ya era demasiado tarde. Este exigió a su esposa que le dijera a quién había vendido a sus pequeñas, sin embargo Fenicias parecía disfrutaba del dolor de su marido y se negó rotundamente a decirle quien había comprado a sus pequeñas. Motivo por el cual el matrimonio terminó.
¿Cómo inició con su macabro proyecto la trituradora de Angelitos?
Posterior a la venta de sus propias hijas, fenicias analizó y se dio cuenta que la compra y venta de niños era buen negocio, así que decidió aplicar sus conocimientos de enfermería como partera y ser intermediaria entre aquellas mujeres que no podían mantenerlos o no los querían y aquellas que no podían tenerlos.
Así que en Veracruz inició con este negocio hasta que junto dinero suficiente para venir a México en el año de 1910 y rentar una habitación a una mujer que vivía en el departamento 3 del edificio marcado con el número 9 de la calle de Salamanca, en la colonia Roma.
De Partera a Asesina
Ya hubicada en la Ciudad de México Felícitas siguió con el rentable negocio de adquisisión y venta de niños trabajando como partera. Posteriormente decidió ampliar su oferta: a mujeres embarazadas fuera del matrimonio, a quienes les ofrecía la opción del aborto cuando llegaban a buscarla.
El número de mujeres que recurrieron a ella no se conoce con exactitud, pero la lista de clientas le sirvió después para negociar su salida de la cárcel, Fenicia decidió amenazar a las autoridades: indicando que o la dejaban libre o revelaría los nombres de las mujeres que habían recurrido a ella. Y bueno: pues extrañamente después de tan solo 3 meses detenida, fue liberada.
Se presume que gente muy importante era la que acudía principalmente a contratar sus servicios.
A lo largo de casi tres décadas, Felícitas se dedicó a los abortos, partos y venta de niños en el departamento donde pasaba todo el día a solas.
La mujer que le rentaba salía durante todo el día a trabajar por lo tanto la Hiena / Ogresa aprovechaba para llevar a cabo su trabajo. por tanto la dueña del lugar nunca supo de las actividades de la ogresa, hasta la mañana del 8 de abril que las autoridades llegaron al edificio donde vía para investigar el hallazgo de la cañería.
Esa no era la primera vez que los vecinos reportaban problemas en la tubería por eso todo inició como un proceso rutinario.
Los vecinos relataron que de ese departamento, relataron, a veces salía humo negro que dispersaba un apestoso olor y les parecía sospechoso que recurrian constantemente mujeres «de clase» a visitar a Felícitas.
En algún momento se informó que las autoridades conocían a esta mujer, pues había sido detenida en dos ocasiones al intentar vender a dos bebés. No obstante, la mujer salió libre tras pagar una simple multa.
A Felicitas Sánchez Aguillón le iba tan bien con el negocio, que incluso abrió un negocio en el número 69 de la calle Guadalajara, en la colonia Hipódromo Condesa, este lugar fué llamado «La Quebrada».
El local se convirtió después en referencia de su caso, pues hasta allí llevó sus crímenes, que escalaron de la venta al asesinato de menores.
La Trituradora
Los detalles de los asesinatos de niños que no podía vender, son escalofriantes: Se informó que la Ogresa los estrangulaba, los cortaba, los envenenaba, los quemaba o desmembraba y metía en bolsas sus restos los cuales abandonaba en la basura o los vaciaba por el caño del baño.
Los periódicos de época, principalmente la Prensa dio mas detalles perturbadores los cuales no podemos mencionar.
En su momento la prensa calculó que sus víctimas sumaban más de 100 niños, hasta el día del macabro hallazgo a causa del reporte de Don Francisco Paez.
Investigación del caso Felícitas Sánchez Aguillón
La investigación del caso quedó en manos de un investigador muy famoso de la época, cuyo nombre es José Acosta Súarez, quien comenzó las indagatorias y los interrogatorios a los vecinos del edificio para descubrir mas detalles del caso.
Al llegar al departamento 3 donde vivía Felícitas la mujer que le rentaba dejó pasar a los policías.
En la recámara de Felícitas hallaron un altar con velas, agujas, ropa de bebé, un cráneo humano y una gran cantidad de fotografías de niños. Ese mismo día las autoridades catearon «La Quebrada», donde obtuvieron más pruebas en contra de la apodada la ogresa de la roma. (bueno ese es uno de sus tantos apodos).
Felícitas se enteró de la investigación e inmediatemente huyó. Sin embargo el investigador José Acosta pudo detener en pocos días a un cómplice de Felícitas, quién en ese momento ya se había convertido en «La Descuartizadora«, «La Hiena«, «La Trituradora de Angelitos» y «La Ogresa de la Colonia Roma«.
Se trataba de un plomero de nombre Salvador Martínez Nieves, quien fue aprehendido el 11 de abril de 1941. Este testigo y cómplice en su declaración confirmó los crímenes de la mujer y aceptó haber sido cómplice a cambio de dinero por destapar las cañerías constantemente bloquedas a causa de los cuerpecillos de los fetos y los niños que no habían podido ser vendidos.
Ese mismo día, por la noche, cayó también Felicitas junto con su amante Roberto o Alberto Covarrubias, a quien llamaban «El Beto» o «El Güero». Los dos viajaban en un automóvil el cual transitaba por la calle Bélgica de la colonia Buenos Aires, en el centro de la ciudad de México. Su objetivo era poder llegar a Veracruz.
Declaraciones y final inesperado de la ogresa de a roma
Las primeras declaraciones de Felícitas ante las autoridades helaron la sangre de los habitantes de la Ciudad de México.
«Efectivamente, atendí muchas veces a mujeres que llegaban a mi casa – declaró Felícitas ante las autoridades -. Las atendí de las fuertes hemorragias que tenían, algunas provocadas por golpes y la mayoría de ellas por serios trastornos ocasionados por haber ingerido sustancias especiales para lograr el aborto. Me encargaba de las personas que requerían mis servicios y una vez que cumplía con mis trabajos de obstetricia, arrojaba los fetos al WC«, declaró.
Así sin culpa alguna en su expresión y voz, según mencionó La Prensa, la mujer narró escenas escalofriantes.
«Una mujer me dijo que había soñado que su hijo iba a nacer muy feo, que por favor le hiciera una operación para arrojarlo. En efecto, aquella criatura era un monstruo: tenía cara de animal, en lugar de ojos unas cuencas espantosas y en la cabeza una especie de cucurucho. A la hora de nacer, el niño no lloraba, sino bufaba. Le pedí al señor Roberto que lo echara al canal, y él le amarró un alambre al cuello».
Felicítas fue recluida en una celda aislada por representar un peligro para el resto de las internas.
Se menciona que al parecer por sugerencia de su abogado ella decidió advertir al juez que en caso de ser detenida, revelaría los nombres de todas las mujeres que habían acudido a ella para abortar, buscando de esta forma como mínimo lograr una menor condena.
El periódico La Prensa en su titular publicó: «La Descuartizadora denunciará a todas las señoras que la fueron a solicitar».
El 26 de abril de 1941 Felícitas Sánchez Aguillón fue procesada por los cargos de aborto, inhumación ilegal de restos humanos, delitos contra la salud pública y responsabilidad clínica y médica. Ninguno considerado grave por la ley, por tanto el 10 de mayo de ese mismo año, el juez octavo determinó una fianza de 600 pesos de entonces para dejarla libre.
Al mes siguiente, en el mes de junio, «La Ogresa de la Colonia Roma» fue liberada luego de que las autoridades casualmente perdieran todas las pruebas en su contra (entre las pruebas perdidas se incluye el cráneo hallado en la tubería). De esta forma la procuraduría no pudo ni siquiera apelar el fallo del juez, a pesar de contar con las confesiones del plomero cómplice y el amante.
¿Como murió la Ogresa de la Roma?
El rechazo social fue el punto principal para que Felícitas decidiera suicidarse un poco después, el 16 de junio de 1941, haciendo uso de Nembutal, Sobredosis fue la causa. Murió durante la madrugada, en la casa que compartía con su amante mientras este dormía.
Se supo que Dejó tres cartas póstumas: dos dirigidas a sus abogados, y una a su pareja. Pero ninguna para la hija que había procreado con su amante y la cual terminó en un orfanato.
La Quebradora en la actualidad
Hace algúnos años fué adquirido el departamento el cual lucía hasta entonces como una casa común y corriente, sin embargo al abrir sus puertas se podía ver al fondo un horno parecido a los hornos con los que hacen pan o pizzas, y bueno al parecer se aprovechó esa estructura, pues actualmente es una pizzería.
Puedes buscar en google y ver la imagen actual.
Conclusión
El nombre de Felicitas, o más bien su alias «La Trituradora de Angelitos», quedó grabado en la memoria colectiva como un recordatorio sombrío de los peligros que acechan en la oscuridad. Su historia es un testimonio espeluznante de lo más oscuro de la psique humana y una llamada de atención a la vigilancia y protección de los más vulnerables en nuestra sociedad.
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Un saludo de parte de Marduk 9.