Las 10 leyendas de terror chilenas; Dentro de este post conocerás relatos y anécdotas procedentes sobre este país latinoamericano. Los mitos y leyendas, expresan, con el protagonismo de las gentes, el pensamiento mágico del Chile profundo.
Leyendas de terror chilenas
El Caleuche
La historia de un buque fantasma que ronda los mares de Chile. La nave se llama “El Caleuche” y su tripulación está completamente conformada por brujos. Nunca se le puede ver de día, pero se dice que en la noche se le puede avistar por su velamen rojo y la gran niebla que se genera alrededor de la nave.
Se dice que quien logre ver al Caleuche sufrirá de una muerte lenta y dolorosa; con la boca torcida o con la cabeza vuelta hacia la espalda. Al buque pueden subir, sin embargo, los náufragos, los ahogados, quienes pueden ver las ciudades del fondo del mar y sus tesoros, pero no divulgar lo visto. Es el caso de la chalupa que salió de Chonchi, dirigida por el hijo de un respetable habitante del lugar, nunca regresó de su viaje. Esta historia fue contada al padre del navegante, cuando se enteró una extraña sonrisa apareció en su rostro, y después afirmó que su hijo se encontraba a salvo en el Caleuche.
Tesoros de piratas
Francis Drake fue un corsario que descubrió la bahía de Guayacán en 1578. Todos especialistas en asaltar galeones españoles que transportaban tesoros, producto de otros saqueos, desde América hacia Europa. La leyenda cuenta que en la bahía de Guayacán se enterraron joyas increíbles y que muchos murieron buscándolas. Según la leyenda, este tesoro estaba escondido en alguna cueva de la Laguna Verde, que actualmente es la Región de Valparaíso. Los osados y buscadores dicen que no se ha encontrado un acceso a la cueva, pero teorizan que hay una entrada dentro de la ciudad.
Se cuenta que hay una entrada en la Calle Esmeralda, dentro del Valparaíso, y que hay un hombre de aspecto grande y monstruoso que resguarda la entrada. Si se topa a alguien con intenciones de entrar a la cueva, este lo abatirá y se lo llevará dentro de esta, para que ahí se vuelva loco y muera.
La leyenda de Make Make
La última de las leyendas de terror chilenas, se dice que después de haber creado el mundo, la diosa Make Make sentía que no había hecho lo suficiente. En medio de su reflexión, encontró una calabaza partida y con agua en su interior, al mirar en ella pudo ver su rostro reflejado. Al saludar a su imagen pudo ver que en ella había un pico, alas y plumas, había un pájaro sobre ella. Encontrando gran similitud entre su imagen y la del ave, unió su reflejo y el del pájaro para crear de ese modo a su primogénito. No obstante, Make-Make quiso crear a un ser que tuviera su imagen, que hablara y pensara como él.
Fue así cuando creó a los peces, llenó a los mares de estos, aunque este no era lo que Make Make esperaba, así que fecundó una piedra volcánica y esta se transformó en el primer ser humano. La diosa estaba feliz del resultado, y siguió creando más.
La Quintrala
Una historia sobre una mujer con el cabello rojo como el quitral, razón de su nombre. La Quintrala, también llamada doña Catalina de los Ríos y Lisperguer, era una mujer hermosa y también caprichosa, además de una de las criminales más temibles del siglo XVII. En su vivienda se dice que sostuvo pactos con el diablo.
Se dice que fue indomable hasta para su marido, quien terminó haciéndo se cómplice de sus perversidades. Después de un tiempo, La Quintrala fue capturada y juzgada por sus actos, fue considerada como culpable de parricidio y del asesinato colectivo de su servidumbre. Se le condujo a Santiago donde su astucia y dinero influyeron para dilatar el proceso. Entre los pactos diabólicos que se le atribuyen está el que hizo para conseguir el amor del fraile que la casaría. El fraile se resistió al acoso y se autoflagelaba, hasta que huyó hacia Perú para evitar a la seductora bruja. Solo volvió cuando supo del arresto y de sus enfermedades. Nunca confesó sus pecados mortales.
La anciana dueña de la montaña
Dentro de las rocosas montañas de Araucanía, se perdió un hombre que trataba de buscar a sus perros ya extraviados, su búsqueda había resultado sin éxito. La noche había llegado y sin encontrarlos, busco un lugar para dormir y continuar con su misión al día siguiente. Mientras se acomodaba para descansar, divisó una fogata en la que se apreciaba una anciana que bailaba alrededor de ella.
Se dirigió hacia ella. Se trataba de Kvpvka, la dueña de la montaña, que tenía una casa hecha con materiales recogidos en los bosques del monte. Poseía de todo, papas, arvejas, maíz, etc. El hombre saludó con mucho respeto a la anciana, luego se hicieron amigos y se casaron. Al saber que el hombre era pobre, viudo y que tenía cuatro hijos, la anciana le dijo: “si tienes hijos, tráelos, aquí hay de todo”. Entonces el hombre llevó a sus hijos, comieron y alojaron en la casa de la Kvpvka. Cierta noche, uno de los niños se rió de los pies de la anciana: “miren, la viejita tiene sólo dos dedos”. La anciana montó en cólera, pateó su casa y así desapareció todo, el fuego, la riqueza y la Kvpvka. El hombre desesperado devolvió a sus hijos a la antigua casa, les aconsejó contra la burla y regresó a la montaña para seguir viviendo con la Kvpvka.
La piedra del León
Fue en una época en la que los indígenas habitaron en la zona de San Felipe, los pumas solían abundar la región en aquella época. Se dice, que en el cerro Yevide, se encuentra la piedra del león. La historia es que Yevide fue una leona que tuvo dos cachorros, un día decidió ir a cazar para alimentar a sus crías, los dejó solos en su travesía y para cuando volvió, ellos no estaban.
Resulta que unos arrieros se los habían llevado, la leona los busco sin descanso durante horas y cubriendo tanto terreno como pudo, pero desafortunadamente no los pudo encontrar. Ya en la noche, la leona volvió a donde dejó a sus hijos, desconsolada, rugió con sufrimiento y se dice que se llegó a escuchar por todo el bosque. A partir del amanecer siguiente nunca más se volvió a ver a un solo puma. Todos se fueron del cerro Yevide. Y en las noches de invierno, la gente suele escuchar el gemido de la leona. Es el alma de ella, dicen, que aún reclama a sus hijos que dejó en la piedra.
La Pincoya
Esta es una de las leyendas de terror chilenas más populares entre los pescadores, se trata de una sirena que tiene el nombre Pincoya. Esta rara vez abandona los mares para adentrarse en los lagos y ríos de Colombia, ella es la responsable por el nacimiento de miles de peces y mariscos de dicha área, de ella depende el abastecimiento de suficiente comida para los pescadores. Cuando la Pincoya aparece en la playa danzando, con sus brazos abiertos y mirando hacia el mar, los pescadores se alegran porque este baile es un anuncio de pesca abundante. Si danza mirando hacia la costa, es mal presagio porque alejará a los peces. Pero el mal presagio puede ser bueno para otros, porque la Pincoya lleva la abundancia a los más necesitados.
En cuanto a su origen, Pincoya nació en la hermosa laguna Huelde, cerca de Cucao. Fue una mujer muy bella, de tez blanca ligeramente bronceada, cabellos de oro y que, de la cintura hacia abajo, tiene la forma de un pez. Ciertas noches silba o entona embrujadoras canciones amorosas, ante las cuales nadie puede resistirse.
Laguna de Inca
Una entrada antigua entre las leyendas de terror chilenas. Cuando los incas dominaron el Chile precolombino hasta el Maule, realizaban rituales religiosos en la cordillera de los Andes. La historia nos lleva con Illi Yupanqui, un jóven inca que se enamoró de la jóven Kora-llé. Se casaron en una cumbre en las orillas de la laguna de la cordillera, después de la ceremonia principal, la princesa debía descender por la ladera del cerro, ataviada con su traje y vistosas joyas. El camino era estrecho, cubierto de piedrecillas que hicieron resbalar a la princesa, quien cayó al vacío.
El inca corrió por ella pero cuando llegó a su lado ya era tarde, su amada princesa yacía muerta. Atribulado por la tristeza, decidió que el cuerpo de la princesa fuera depositado en las profundidades de la laguna. Cuando fue sumergida, el agua mágicamente se tornó en color esmeralda. El mismo color de los ojos de la princesa. Desde entonces se dice que la Laguna del Inca está encantada y, a veces, en noches de plenilunio, el alma de Illi Yupanqui vaga por la quieta superficie de la laguna.
La creación del mundo
En Rapa Nui, localizado en las Islas de Pascua, se dice que antes que la humanidad, hubo una gran disputa entre espíritus. Un espíritu poderoso que vivía en el aire se impuso ante los débiles y revelados de abajo, el poderoso los convirtió en montañas y volcanes, y a los arrepentidos los convirtió en estrellas. Para habitar la tierra, el poderoso transformó en hombre a un espíritu que era hijo suyo; lo lanzó a la tierra y, al caer, quedó aturdido. La madre del joven sintió tristeza y quiso observar; entonces, para mirarlo, abrió en el cielo una pequeña ventana. Por ella, a veces, asoma su rostro pálido. El poderoso tomó una estrella y la convirtió en mujer para que acompañara a su hijo.
Para llegar al joven la mujer tuvo que caminar descalza, pero no se lastimó porque el poderoso hizo que crecieran flores y hierbas a su paso. Ella jugaba con las flores y al tocarlas se convertían en aves y mariposas. La hierba que su pie había tocado se convirtió en una selva gigantesca. La pareja se reunió y encontraron que el mundo era bello. En el día, el poderoso los miraba por una ventanita redonda, y era el sol. En la noche, era la madre quien se asomaba por la ventana, es decir, la luna.
La Añañuca
Añañuca fue una joven que vivió en Monte Patria, que es un pueblo cercano al río Limarí. La mujer era considerada bella y llamaba la atención de muchos de los hombres en el pueblo, pero ninguno de ellos era capaz de conquistarla. Un día arribó un ambicioso minero, que buscaba un lugar en el que se decía que había grandes reliquias, una veta de oro. Este hombre se enamoró de Añañuca y ella le correspondió.
Una noche, el minero tuvo un extraño sueño, un duende se lo llevaba al bosque y le mostraba la ubicación exacta de la veta de oro, cuando el hombre despertó no dudó ni un segundo en irse por el tesoro, le avisó a su esposa sobre su viaje y le pidió esperar a su regreso. Añañuca esperó a su esposo por días, después semanas, y él seguía sin aparecer. La mujer quedó devastada, y murió desconsolada. Fue enterrada en un día lluvioso y al día siguiente, el sol calentó el valle y se llenó de hermosas flores rojas, que en honor de la joven fueron llamadas Añañuca. La flor crece hasta hoy entre Copiapó y el valle de Quilimarí y, después que el cielo llora, la pampa se convierte en el maravilloso desierto florido.
Esperamos que hayas disfrutado leer de las 10 leyendas de terror chilenas, ¡Muchas gracias por leer!, Te invitamos a seguirnos en nuestra Página de Facebook y Canal de Youtube, en los cuales subimos contenido de terror regularmente. Si quieres ver contenido relacionado, da click en historias de terror reales para entrar a la sección completa de historias de terror. Si te interesan más los temas relacionados a hechizos y conjuros, de igual forma contamos con una sección que seguramente te parecerá interesante.
me gustaron las leyendas