Una historia inspirada en hechos reales, una invocación inesperada que atormentó a un chico y varios de sus amigos por hechos que ellos asumieron como imposible. Prepárate para vivir el testimonio del pobre chico, comencemos.
Antes de una invocación inesperada
“Hace ya varios años me encontré con una tabla de ouija. Estaba en el parque mientras jugaba basquetbol con unos amigos, vimos una bolsa negra abandonada en las banquetas donde nos sentamos y ahí descubrimos la tabla. Decidí quedarmela para jugar con mis primas más tarde, ya que estaban de visita por sus vacaciones. Comenzamos a jugar y al principio pensamos que no estaba pasando nada, al cabo de unos minutos se movió un poco el triángulo, una de las primas se molestó porque asumió que alguien más lo había movido, después de eso se marchó de la habitación sin decir una palabra.
No pasó mucho tiempo para que termináramos aburriéndonos, decidimos ir a jugar otra cosa y dejamos la tabla ahí tirada, sin terminar el juego. En la siguiente tarde, me llamó un amigo para decirme que en la tarde fuera a jugar ouija a su casa, gracias a que su mamá se había ido de vacaciones no había nadie que pudiera molestarnos. Ya en aquella casa antes de comenzar a jugar, colocamos velas y un amigo recitó una oración que supuestamente se debe hacer antes de comenzar, cosa que no habíamos hecho en el primer juego.
Comienzo de una invocación inesperada
En esta ocasión el juego si se tornó extraño, después de unos minutos de jugar pudimos apreciar el sonido de perros ladrando y aullando estrepitosamente, en el momento que nos detuvimos los perros también dejaron de hacer ruido. Al principio pensamos que fue pura casualidad, pero volvió a ocurrir cuando seguimos jugando. Comenzó a hacer frío en la habitación y mis amigos ya no quisieron jugar más. Terminé regresando a casa para contarle lo sucedido a mis primas, poco después intentamos jugar nuevamente, pero otra vez no pasó nada así que nos fuimos a dormir.
Mis primas empezaron a decir que se escuchaba como si un animal estuviera arañando sus camas, así como en las paredes, específicamente la que da hacia mi cuarto. No le quisimos decir a mis papás porque obviamente nos meterían la regañada de nuestras vidas, pero para nuestra sorpresa comenzó a haber un olor pútrido y desagradable en la habitación, similar a la orina de gato pero mucho peor. Parecía que el aroma estaba en el aire, no pudimos encontrar algún indicio del olor en la habitación, como algún animal muerto o basura por ahí.
Consecuencias de una invocación inesperada.
Cuando pegaba la nariz a cualquier rincón de la habitación no parecía haber un olor emerger de este, simplemente estaba en la atmósfera. No se como explicarlo pero la “energía” de la habitación también era rara, sentía pesadez y malestar, como si no me sintiera seguro ahí. El olor se quedo por unos días y después hubo sucesos paranormales por algunos años; más que nada eras las pisadas y rasguños, pero con el tiempo se calmó todo y dejaron de pasar cosas, afortunadamente nada nos lastimó.
Cuento esta historia para ver si no soy el único a quién le han pasado esta clase de experiencias paranormales. Supongo que la causa de todo fue la ouija, pero si alguien sabe más del tema estaría muy agradecido con la ayuda. Si has pasado por una experiencia similar tampoco dudes en compartirla, estamos aquí para escucharnos entre todos.”
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