Estás por conocer 15 relatos de terror para Halloween peculiares y especialmente aterradores. La víspera de todos los Santos es una fecha conocida en todo el mundo, además de ser una de las favoritas para los seres humanos. Estas historias estremecerán tus sentidos, y te darán pesadillas por las noches, prepárate.
La leyenda de Bloody Mary
Esta historia tiene diferentes nombres y versiones y es uno de los relatos de terror para Halloween más populares de todo el mundo. Cuenta que hace mucho tiempo una joven llamada Mary de repente enfermó y murió. Durante la época, muchas personas padecían de catalepsia, una enfermedad que quien la sufre, queda inconsciente y completamente rígido. Hay personas que han sido enterradas después de esto pero resulta que estaban vivas, así que una medida común era colocar campanas afuera de la tumba y con un cordón conectado a la tumba, para que pudiera saberse si la persona sigue viva.
Cuando Mary fue enterrada, su familia siguió este procedimiento, pero desafortunadamente, cuando sonó su timbre nadie acudió al llamado, pasaron días para que su familia decidiera visitarla pero ya era demasiado tarde, Mary agonizó con furia y desesperación, y fue tal que cuando pereció, una maldición surgió. Ahora, si te paras frente a un espejo y pronuncias tu nombre 3 veces, se te aparecerá su espectro y te matará al sonido de una campana.
La casa de los espejos
En la ciudad de Cádiz, España, existe una casa abandonada cerca de la Alameda junto al mar y se dice que está encantada, en ella habitaban una familia de un viajero de barco, su esposa y su hija. El padre viajaba mucho y su hija siempre le pedía un espejo de los lugares a los que iba. Con el tiempo, su madre empezó a sentir celos de la niña, ya que no sentía que era tratada de la misma forma que su hija.
Esto la orillo a querer envenenar a su hija, aprovechando la ausencia de su marido. Cuando él volvió, le dijo que su hija había muerto días antes de su retorno, esto deprimió al hombre y comenzó a romper todo lo que encontraba en su camino. Cuando llegó el turno de los espejos hubo algo que lo detuvo, en el reflejo pudo ver la muerte de su hija y el engaño de su esposa. Ella confesó su crimen y fue encarcelada, pero misteriosamente murió pocos días después, el marido también terminó abandonando la casa, pero dejó los espejos intactos.
Los habitantes aledaños cuentan que desde entonces se pueden escuchar ruidos cerca de la casa, similares a los de llantos de una niña. Hay pocos que han logrado escabullirse dentro de la casa, y afirman haber sentido un ambiente pesado y perturbador, sobre todo porque hay espejos por toda el hogar.
La Santa Compaña
Este es otro de los relatos de terror para Halloween más conocidos, se trata de una procesión de muertos que vagan por la noche en busca de almas de los vivos. Quienes la han visto dicen que es liderada por un mortal que lleva consigo una cruz, caminando de forma sonámbula. También dicen que estas personas se desgastan mucho más rápido que una persona normal. así que deben pasarla a alguien más para librarse.
El resto de la recesión son muertos que deambulan en grupo y sostienen velas, ellos pasan por las casas y colocan las velas en hogares donde habitan personas moribundas o que fallecerá pronto, como una forma de presagio. Si una de estas aparece en tu hogar ya no hay marcha atrás.
La leyenda del Teke Teke
Circula la leyenda en Japón, de que hubo una colegiala que era constantemente abusada por sus compañeros de clase, sufría de bullying constante e incluso la hostigaban fuera de la escuela. En una ocasión, unos estudiantes la siguieron al metro y decidieron jugarle una broma pesada; pusieron un saltamontes en su hombro. Cuando ella se dió cuenta entró en pánico y del susto cayó en las vías, fue justo en el momento en el que el tren abordaba la estación, la niña no tuvo tiempo ni de moverse y el tren pasó sobre ella, partiéndola en dos.
En la actualidad son muchos los japoneses que afirman ver a una fantasma arrastrándose con las manos por la estación, u otros que dicen creen haber sido empujados, pero no parece haber nadie alrededor. Hay pocos que han salido de la estación para percatarse de que tienen rasguños en las piernas, sin alguna razón aparente.
La mano huesuda
Una pequeña de 7 años se quedó un rato con su abuela ya que sus padres habían salido de cita al cine por la noche. Todo era aparentemente normal, se divirtieron un rato, cenaron y platicaron. hasta que en un momento le dió sed a la abuela.
Le pidió de favor a su nieta que por favor fuera a la cocina a servirle un vaso de agua y la niña accedió. Al ir se dio cuenta de que estaba oscuro por la ausencia de luces, la abuela le dijo que sintiera la pared hasta llegar al interruptor, ella obedeció y tanteó por la pared. Al poco tiempo, comenzó a sentir un ambiente extraño, y de repente sintió algo parecido a una mano, pero solo los huesos. Se estremeció de miedo, gritó y corrió con su abuela, pero solo logró confundirla. Jamás se volvió a repetir el suceso, pero gracias a eso la niña quedó traumada y con un profundo miedo a la oscuridad.
Sitio para uno más
Un hombre llamado Joseph Blackwell se aventuró en un viaje de negocios, se hospedó con un amigo en su casa que se encontraba en las afueras de la ciudad. Durante la noche que llegó sostuvieron una larga conversación y se divirtieron hasta la noche, cuando fue el momento de dormir, por alguna razón Joseph no lograba dormir.
En un momento de la noche, Joseph despertó por el sonido de un automóvil que se aproximó a la casa, este venía completamente lleno. Cuando se estacionó, el conductor bajó del coche y miró hacia la ventana de la habitación de Joseph, le dijo “Hay sitio para uno más.”, esperó un par de minutos y se marchó.
Al día siguiente, ninguno de sus amigos le creyó, le dijeron que fue sólo un sueño pero él estaba convencido de que no era así. Después regresó a la ciudad y tuvo un día de oficina normal en un rascacielos urbano. Cuando Blackwell se aproximó a uno de los elevadores, notó que estaba lleno, pero había un detalle peculiar, una persona le dijo “ Hay sitio para uno más.” Joseph vió que su rostro era igual al del conductor de la ocasión anterior. Al final rechazó por la desconfianza, el elevador se cerró y a los pocos segundos escuchó algo similar a gritos, y un fuerte colapso en el suelo. El elevador se había descompuesto y todos los que iban a bordo murieron.
Anillos en sus dedos
Daisy Clark estuvo en coma durante más de un mes cuando el médico dijo que finalmente había muerto. Fue enterrada en un día de verano en un pequeño cementerio a un kilómetro y medio de su casa.
“Que descanse en paz”, dijo su marido. Pero no fue así. A última hora de la noche, un ladrón de tumbas con una pala y una linterna comenzó a profanarla. Como la tierra seguía estando suelta, llegó rápidamente al ataúd y lo abrió. Su presentimiento era cierto. Daisy había sido enterrada portando dos valiosos anillos: un anillo de bodas con un diamante y un anillo con un rubí que brillaba de forma radiante.
El ladrón se arrodilló y extendió sus manos dentro del ataúd para arrebatar los anillos, pero estaban completamente adheridos a sus dedos. Así que decidió que la única manera de hacerse con ellos era cortando los dedos con un cuchillo, cuando cuando cortó el dedo con la alianza, este comenzó a sangrar, y Daisy Clark comenzó a moverse. ¡De repente, ella se sentó! Aterrorizado, el ladrón se puso en pie. Golpeó accidentalmente la linterna y la luz se apagó. Podía oír a Daisy salir de su tumba. Al pasar junto a él en la oscuridad, el ladrón se quedó allí congelado de miedo, aferrando el cuchillo con la mano. Cuando Daisy lo vio, se cubrió con su sudario y le preguntó: ¿”Quién eres?”. Al escuchar hablar al “cadáver”, el ladrón de tumbas corrió.
Daisy se encogió de hombros y siguió caminando, y no miró hacia atrás ni una sola vez. Pero llevado por su temor y confusión, el ladrón huyó en la dirección equivocada. Se lanzó de cabeza en la tumba aún abierta, cayó sobre el cuchillo que llevaba en su mano y se apuñaló a sí mismo. Mientras Daisy caminaba hacia fuera del panteón, el ladrón se desangró hasta morir.
El desafío del cementerio
Varias adolescentes habían ido a pasar la noche en casa de una amiga, aprovechando que sus padres salieron de viaje. Hablaron de un viejo al que acababan de enterrar en un cementerio cercano. Se decía que lo habían enterrado vivo y que se le podía escuchar arañando el ataúd, intentando salir. Una de las chicas se burló de aquella idea, así que las otras la desafiaron a que se levantara y fuera a visitar la tumba. Como prueba de que había ido, tenía que clavar una estaca de madera sobre la tierra de la tumba. La chica se fue y sus amigas apagaron la luz otra vez y esperaron a que volviera.
Pero pasaron horas sin que tuvieran noticias de su amiga, se quedaron despiertas, cada vez más aterradas. Llegó la mañana y la chica no había aparecido. Aquel mismo día, los padres de la chica regresaron a casa y, junto al resto de padres, acudieron al cementerio. Encontraron a la chica tirada sobre la tumba… Muerta. Al agacharse para clavar la estaca en el suelo, había pillado también el bajo de su falda. Cuando intentó levantarse y no pudo, creyó que el viejo muerto la había agarrado. Murió del susto en el acto.
El loco bajo la cama
Otro de los relatos de terror para Halloween más perturbadores. De pequeña le tenía miedo a la oscuridad, hasta que adoptó a un perro que le hacía compañía. Durante años, Sara dormía tranquila porque sabía que bajo la cama estaba su perro, y si tenía miedo solo tenía que extender la mano: entonces, el perro empezaba a lamerla hasta que se quedaba dormida.
Así pasaron los años y Sara se hizo adulta. Una noche, en la radio, escuchó que su pueblo estaba en busca y captura de un asesino muy peligroso. Sara, acompañada de su perro, no tenía miedo: se metió en la cama, extendió la mano hacia el borde y el perro, como todas las noches, empezó a lamerla. Durmió del tirón y, al despertar, le sorprendió que el perro no se hubiera cansado de lamerle la mano en toda la noche. O eso creía: al abrir los ojos, encontró al perro muerto sobre el suelo de la habitación. Bajo la cama, alguien seguía lamiéndole su mano.
Yoduloso
Hace unos años, en un campamento, se perdió un grupo de jóvenes que andaban de excursión. Tras varias horas perdidos, encontraron a un hombre solitario: llevaba un hacha en la espalda y no transmitía confianza, desesperados, le preguntaron cómo se llegaba al pueblo. A pesar de la primera impresión, el hombre resultó ser super agradable: les dijo que se llamaba Yoduloso y les acompañó hasta el pueblo, donde se despidió. Antes, se hizo una foto junto a los jóvenes.
El grupo contó en el pueblo que el hombre que los había llevado ahí se llamaba Yoduloso, pero los vecinos de la localidad dijeron que aquello era imposible. El único Yoduloso que había habido en el pueblo falleció hace más de 100 años, y murió horriblemente. Un grupo de niños jugaba a la pelota y se le escapó, y Yoduloso fue a por ella. Llevaba un hacha en la mano y tuvo la mala suerte de tropezar y cortarse su propia pierna, por la herida se desangró.
Los jóvenes escucharon incrédulos y pensaron que, incluso a pesar de las coincidencias del nombre y de que aquel señor también llevaba un hacha, era imposible que se tratara de la misma persona. Sin embargo, cuando revelaron aquella foto que se habían hecho al llegar al pueblo, se percataron de algo que les hizo cambiar de parecer: Yoduloso había desaparecido de la fotografía.
La casa mejor decorada
En todos los vecindarios hay siempre rencores, acusaciones, envidias que destruyen relaciones y crean enemigos. Eso es precisamente lo que les ocurrió a Charlotte y Katie, dos vecinas enfrentadas por el amor de un chico desde la universidad. Ambas residían en un barrio familiar de lujo en el que cualquier excusa era buena para competir. Precisamente, ese año se celebraba un concurso en el que el premio se lo llevaba el vecino con mejor disfraz y mejor casa decorada.
Charlotte contrató a una diseñadora que confeccionó un disfraz de vampiresa digno del escenario de cualquier película de terror. Por su parte, Katie no se quedó atrás y eligió un disfraz de bruja que resultaba mucho más aterrador. Tampoco escatimaron recursos en la decoración de sus casas. Iluminación, humo, telarañas, calabazas, esqueletos y todo tipo de monstruos adornaban las fachadas. Comenzó el concurso de Halloween y como era de esperar, Charlotte y Katie quedaron finalistas. Charlotte, conocedora de su belleza, decidió mostrar parte de sus encantos, cosa que agradó al jurado masculino, quien con sus votos, le dio el premio al mejor disfraz, esto indignó a Katie.
Después comenzó el segundo concurso y de nuevo, las casas mejor decoradas eran las de Charlotte y Katie. Charlotte dio comienzo al espectáculo: fuegos artificiales, luces y música. Una decoración impecable y su sorpresa final, la aparición estelar de más de 50 gatos negros dispuestos a acampar a sus anchas por todas las esquinas de la casa. La gente quedó fascinada y Katie también, pues no esperaba que su rival fuese a dar un festival de tan alto nivel. Decidió ir corriendo a casa a preparar todo pues el jurado estaba por visitarla en precisamente 10 minutos.
Había contratado bailarines y técnicos de sonido profesionales, cuando el jurado llegó, su casa, hasta el momento completamente a oscuras, se encendió. Una pantalla en cada una de las ventanas mostraba imágenes de asesinos. De los altavoces salían gritos terroríficos que dejan entrever torturas, y poco a poco, la fachada se llenaba de sombras y salpicaduras de sangre. Al ritmo de Thriller de Michael Jackson, el grupo de baile disfrazado de zombis apareció en el jardín que había sido decorado como un cementerio y comenzó a bailar sincronizadamente. La gente estaba disfrutando mucho y todo estaba saliendo según lo esperado. Mientras, Katie permanecía escondida en la copa de un árbol de su jardín preparando el truco final. Debía aparecer volando a través de un complicado sistema que habían montado unos especialistas en escalada. Sus nervios estaban a flor de piel y eso provocó que Katie cometiera un error fatal…
Fijó mal la cuerda y al soltarse del árbol para aparecer volando, la cuerda se enredó en su cuello y empezó a ahogarla. Pataleo e intentó gritar, pero la música y la oscuridad no ayudaron en esa lucha por su vida. La gente estaba totalmente impresionada pensando que lo que ocurría en el árbol formaba parte del espectáculo. Aplaudían y reían mientras coreaban el nombre de Katie. Ella murió asfixiada ante decenas de personas que no sabían lo que estaba ocurriendo.No fue hasta el día siguiente cuando el marido de Katie se dio cuenta de que la bruja que había ahorcada en su jardín, era su mujer.
¿Has subido a ver a los niños?
Una adolescente está cuidando por primera vez a unos niños en una casa enorme y lujosa. Acuesta a los niños en el piso de arriba, y, cuando apenas se sentó delante de la televisión, sonó el teléfono. A juzgar por su voz, el que llama es un hombre. Jadea, ríe de forma amenazadora y pregunta: “¿Has subido a ver a los niños?”.
La joven cuelga convencida de que sus amigos le están gastando una broma, pero el hombre vuelve a llamar y pregunta de nuevo: “¿Has subido a ver a los niños?”. Ella cuelga a toda prisa, pero el hombre llama por tercera vez, y esta vez dice: “¡Ya me he ocupado de los niños, ahora voy a por ti!”. La niñera está verdaderamente asustada. Llama a la policía y denuncia las llamadas amenazadoras. La policía pide que, si vuelve a llamar, intente distraerlo para que les dé tiempo de localizar la llamada.
Como era de esperar, el hombre llama de nuevo a los pocos minutos. La joven le suplica que la deje en paz, y así le entretiene. Él acaba por colgar. De repente, el teléfono suena de nuevo, y a cada timbrazo el tono es más alto y más estridente. En esta ocasión, es la policía, que le da una orden urgente: “¡Salga de la casa inmediatamente! ¡Las llamadas vienen del piso de arriba!”.
Un cadáver en la cama
Un grupo de amigas había decidido ir de vacaciones para pasar unos días. Se registraron en el hotel y subieron a su habitación a dejar el equipaje, pero notaron un olor peculiar, como si se les hubiera olvidado sacar la basura o no hubieran trapeado. Sin embargo, todo parecía estar en orden, así que se fueron y no volvieron hasta la última hora de la noche.
El olor había empeorado notablemente a lo largo del día y ya era casi insoportable, de modo que llamaron a mantenimiento para que localizara su origen. El servicio de manteiminento miró debajo de las camas, dentro de los armarios, incluso olfateó los desagües y las ventilaciones, pero no pudo encontrar la fuente del olor. Al final, limpiaron la habitación con generosas cantidades de productos de limpieza y perfume, pusieron la ventilación al máximo y desearon las buenas noches al grupo de amigas. La peste estaba, por el momento, enmascarada, y como ellas estaban agotadas, se fueron a la cama. Una de ellas escondió su cartera debajo del colchón, como acostumbraba a hacer en los hoteles.
Todas durmieron hasta bien entrada la mañana: grandes rayos de sol entraban ya en la habitación, haciéndola más caliente. El hedor seguía presente y más potente que nunca. Una de las mujeres, ya bastante irritada, volvió a llamar al departamento de mantenimiento para quejarse. Luego llamó al director del hotel para quejarse un poco más. Un pequeño ejército de personal de dirección y mantenimiento se presentó al poco tiempo, y una vez más rebuscaron por todas partes sin resultado. Sin embargo, todos estuvieron de acuerdo en que el olor era intolerable, así que decidieron ofrecerles cambiar de habitación.
Recogieron sus cosas para bajar al vestíbulo, pero cuando la señora que había escondido la cartera hurgó debajo del colchón, tocó algo que parecía sospechosamente una mano humana. Quitaron el colchón de encima de la cama y ahí, en un hueco practicado entre los muelles del somier, había un hombre muerto. Era evidente que lo habían asesinado en la habitación y el asesino lo había escondido entre el colchón y el somier. Recortó una parte de los muelles del somier para que el cuerpo no formará un bulto en la cama.
Ven a jugar conmigo
Dentro de la lista de 15 relatos de terror para Halloween, este está narrado en primera persona. “Hace un tiempo, una amiga mía y yo decidimos hacer espiritismo por primera vez, ya que nunca antes nos habíamos atrevido a hacerlo. Llamamos a otras dos amigas para que nos acompañaran, ya que a mí me habían dicho que es mejor no jugar sola. Nos costó trabajo convencerlas, pero al final cedieron. Lo preparamos todo y, un poco asustadas, comenzamos a hacer la ouija. Durante la sesión, una de las compañeras a las que habíamos llamado dijo: “Yo me voy de aquí, esto de la ouija es una tontería”. Nosotras nos asustamos un poco y decidimos dejarlo para otro rato.
Al cabo de unos días, la compañera que se había ido me llamó aterrorizada, diciéndome que de camino a casa después de haber ido a estudiar a la biblioteca, al pasar por delante de una casa en ruinas que hay cerca de su hogar, una niña vestida de blanco le había pedido que jugara con ella. Mi amiga le dijo que no podía ya que tenía prisa por llegar a su casa, y acto seguido, la niña comenzó a llorar con lágrimas de sangre. Mi amiga salió de allí corriendo y al llegar a casa fue cuando me llamó, hasta ahí fue lo que me contó. En un principio me lo tomé a broma, pero algo me hizo pensar que mi amiga hablaba muy en serio.
En mi habitación comencé a pensar en todo y me acordé del día en que habíamos hecho espiritismo, y que nos retiramos de la sesión de forma incorrecta. Pensé que no tendría nada que ver y me dormí. Al día siguiente esa misma amiga me llamó porque iba a quedarse sola en casa estudiando y tenía miedo, así que decidí acompañarla ya que yo tenía también que estudiar. Cogí un autobús y, ya en su casa, nos pusimos a estudiar. De repente, oímos a nuestra espalda un ruido como de arañazos. Las dos miramos y comprobamos horrorizadas que la niña que ella me había descrito estaba sentada sobre la cama de mi amiga, arañando la pared. Salimos corriendo de la habitación y al llegar a la puerta observé que mi amiga no estaba, pero no la esperé.
Un rato después, la policía llamó a mi casa informando de que mi amiga había muerto de un ataque de asma. La habían encontrado en las escaleras de su casa, con una expresión de terror en su cara. Yo estuve en tratamiento psiquiátrico unos meses y ya me estaba recuperando. El otro día, en mi buzón apareció una nota escrita con letra de niña pequeña que decía: “Tu amiga murió por no jugar conmigo. Tengo una muñeca nueva…”. Yo creo que es una broma, ya que nuestra historia se ha hecho bastante popular en el pueblo, pero por otra parte tengo miedo… ¿vendrá a por mí?”
¿Quién apagó la psicofonía?
“Lo que me dispongo a relatar es absolutamente verídico y relativamente reciente, me ocurrió hace seis meses. El mundo del espiritismo, las psicofonías y todos esos temas me producen mucha curiosidad, pero a la vez me asusta.
Un compañero de clase me proporcionó un CD que tenía grabadas algunas psicofonías. Mi hermano me propuso llevarme un portátil para escuchar el CD mientras se duchaba, y así fue. Antes de escuchar la primera psicofonía una voz presentaba el CD y hacía una advertencia: “Nunca lo escuchen a oscuras”. En ese momento, para asustar a mi hermano, apagué la luz del cuarto de baño y él gritó: “¡Prende la luz!”. Cuando la encendí, el disco ya no sonaba. Alguien le había dado al stop. Yo no fui, de eso estoy seguro porque tenía el dedo en el interruptor de la luz, y mi hermano tampoco, estaba dentro de la bañera y a más de dos metros del portátil. ¿Quién apagó las psicofonías? No lo sé, y no estoy seguro de querer saberlo.”
Esperamos que los 15 relatos de terror para Halloween hayan sido de tu agrado, pero si te quedaste con ganas de más, entonces te invitamos a leer: 5 historias de terror famosas. Estamos seguros que esos relatos te gustarán.
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